Tío Pepe, todo un icono
Se acercan las campanadas de fin de año y la vuelta del rótulo de la botella Tío Pepe a la madrileña Puerta del Sol que, al menos yo, tanto he echado en falta.
Después de las interminables reformas que tuvimos con la Puerta del Sol patas arriba nos cambiaron la escultura de la Mariblanca y al Oso y el Madroño de sitio. Ahora el anuncio luminoso tendrá también un nuevo emplazamiento. Pero al menos vuelve!!
El anuncio de Tío Pepe es todo un icono, uno de los principales símbolos de la publicidad española presente en la vida social y cultural de España, llegando incluso a traspasar las fronteras.
Su diseño se debe a la figura de Luis Pérez Solero (nacido en Burgos en 1892), uno de los pioneros españoles en el ámbito de la publicidad que fundó en 1929, en San Sebastián, Impera SL, una de las agencias de publicidad más antiguas de España.
Cinco años más tarde fue contratado por la empresa jerezana González Byass donde dirigió la publicidad de la marca durante treinta años.
La marca Tío Pepe fue registrada por vez primera en 1888 y, aunque ya por entonces era conocida sobre todo del Reino Unido, su prestigio tuvo su mayor expansión a partir de los años 30 gracias al ingenio creativo de Luis Pérez Solero quien, en 1935, con motivo del centenario de la fundación de la bodega, humanizó la botella vistiéndola con chaquetilla roja, sombrero y guitarra española creando la imagen que es la marca registrada de las bodegas.
Además de técnico publicitario, Luis Pérez Solero era pintor, escritor, músico y poeta. Gracias a estas facetas artísticas, dotó a la botella Tío Pepe del eslogan «Sol de Andalucía embotellado» (que comenzó a aparecer en los años 40) y describió así su creación:
“ Veréis con qué sencillez me dieron forma en Jerez:
Embotellaron el sol de Andalucía, primero;
me pusieron una chupa, la guitarra y un sombrero;
¡y así nació el Tío Pepe, lleno de gracia y salero!
¡¡Ya veis con qué sencillez,/ se viste un vino en Jerez!! ”
En 1935, el mismo año de su diseño, se solicita el anuncio luminoso de la Puerta del Sol. Sin embargo, no se utilizó el logotipo del Tío Pepe que conocemos en la actualidad sino una copa de fino apoyada en la letra G de González Byass y el lema “Vinos Jerez Coñac”.

Anuncio Gonzalez Byass, 1935
Años después se reparó el anuncio y fue en 1946 cuando el ático del antiguo Hotel París, en el número 1 de la Puerta del Sol, sostuvo las setenta toneladas de la ya conocida figura creada por Pérez Solero con sus brazos en jarra y la célebre leyenda «Sol de Andalucía embotellado».
Desde su instalación, la historia del anuncio Tío Pepe ha corrido serio riesgo pero ha conseguido salvarse de los bombardeos de la guerra y de los diversas normativas lumínicas, llegando a ser considerado parte del paisaje de la Puerta del Sol y, en 2009, patrimonio histórico de la ciudad de Madrid.
En abril de 2011 el anuncio fue retirado de la cubierta para facilitar las obras de rehabilitación del edificio y un año después se anunció que Apple ocuparía todo el inmueble, noticia que nos hizo temer que no fuera a volver. Pero después de varias propuestas de reubicación el debate se trasladó a la calle y surgió la plataforma «Tío Pepe por Siempre en Sol», que reclamó que el famoso luminoso permaneciera en la céntrica plaza, preferentemente en su emplazamiento histórico.
Así que por fin, después de un futuro incierto, Tío Pepe volverá (al parecer a principios del año que viene) aunque al número 11 de la Plaza del Sol, frente al reloj de las campanadas, con su chaquetilla, sombrero cordobés, su guitarra española y sus brazos en jarra.
Sin embargo, la imagen que conocemos de la botella no fue la original. Los primeros diseños del logotipo de Pérez Solero mostraban la figura de Tío Pepe con el brazo derecho en alto, pero aquella postura le trajo algunos problemas a la bodega en los años de la República y se permitió su uso siempre y cuando no apareciera con la mano derecha alzada.

Evolución del logotipo
Desde entonces, la marca siguió evolucionando con el tiempo y apareciendo en numerosos eventos e incluso acompañando a los viajeros por las carreteras de España, donde su creador realizó una serie de slogans publicitarios que pronto se hicieron muy populares llegando algunos de ellos hasta nuestros días:
Luis Pérez Solero abandonó sus responsabilidades en González Byass en 1964 y murió en Madrid en 1968. Sin ninguna duda su figura fue crucial para el reconocimiento de la marca ‘Tío Pepe’ que continuó creciendo y estando siempre presente en actividades deportivas.
En 1986, con motivo de la celebración del Gran Premio TÍO PEPE de Fórmula 1, Tío Pepe fue patrocinador exclusivo y las azafatas comenzaron a vestir la indumentaria de la botella logrando una enorme notoriedad de la marca a nivel nacional e internacional.
Desde entonces, Tío Pepe participa también en golf, hípica o polo sin olvidar su presencia en eventos culturales y exposiciones de pintura pues, desde su creación, la botella ‘Tío Pepe’ ha sido un referente visual que ha servido de inspiración a artistas y diseñadores consagrados. En 2005, se convirtió en el lienzo que pintaron 10 artistas contemporáneos (entre ellos: Pep Guerrero, Ágata Ruíz de la Prada, Antonio Gómez Bueno o Fernando Sánchez Castillo) y en 2010 para festejar el 75 aniversario se presentó la “Colección Tío Pepe de Artistas Emergentes” organizado por la Galería Estampa donde 75 jóvenes artistas dieron su visión personal de Tío Pepe.

Diseños de Ágata Ruiz de la Prada, Gómez Bueno y Dis Berlín

Logo actual Tio Pepe
Sin duda, la marca Tío Pepe ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos con una imagen mucho más moderna pero sin perder la esencia con la que nació estando presente en aplicaciones para Android y IPhone y en las redes sociales Facebook, Twitter y Pinterest. Esta última os la recomendamos visitar si queréis descubrir tesoros gráficos de su comunicación.

App Tio Pepe

Capturas de pantalla de la App
Sin embargo, esta presencia en internet no puede sustituir a todo un símbolo de la ciudad de Madrid. Así que, aunque serán las terceras Navidades sin el luminoso de Tío Pepe, las campanadas de fin de año serán la cuenta atrás para que vuelva rejuvenecido y adaptado a las particularidades de su nueva ubicación tras una minuciosa tarea de restauración donde las letras han sido lijadas, pintadas y dotadas de nuevos neones para volver a coronar y brillar con fuerza en la madrileña Puerta del Sol, formar parte de nuevo del paisaje de la ciudad y volver a ser uno de los iconos publicitarios más representativos de Madrid.

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