Andy Warhol y su marca
Mucho se ha escrito sobre la vida y obra de Andy Warhol y es que sin duda fue uno de los artistas más populares, polémicos y controvertidos de mediados del siglo XX además de convertirse en una de las figuras más influyentes en la cultura visual contemporánea.
Nacido el 6 de agosto de 1928 en el barrio de clase trabajadora de Oakland, en Pittsburgh, Pennsylvania, Andrew Warhola llegó a ser figura destacada en el movimiento de arte visual conocido como Pop Art.
Copiado, imitado, reproducido y comercializado hasta la saciedad su imaginario sigue vivo aún en la actualidad.
Desde los inicios de su carrera, la publicidad y el diseño fueron parte fundamental de su producción artística.
En 1949 se trasladó a Nueva York, ciudad de la que hizo su casa y estudio, donde inició una exitosa carrera como ilustrador de revistas y publicista y ya en 1962 realizó su primera exposición individual adquiriendo enorme notoriedad.

Red-car. Ilustración, 1959
Basándose en su amplia experiencia en la publicidad Warhol comenzó a pintar objetos de consumo cotidiano.
Sus imágenes gráficas reproducidas sin cesar y el uso característico del color, llamativo y alejado de todo realismo, se convirtieron rápidamente en emblemas de todo lo nuevo, radical y fresco siendo aceptado de inmediato por la cultura popular por su gran estética, vitalidad y frescura.

Latas para Sopa Campbell´s
Las serigrafías de objetos cotidianos como la lata de sopa Campbell y botellas de Coca-Cola compartieron estética y lugar con las de personajes famosos como las de Marilyn Monroe o Elvis.
Celebridades, objetos del día a día y escenas de horror, masacre o muerte fueron temáticas incluidas en una misma categoría: elementos corrientes de la sociedad de consumo, representaciones de la superficialidad de la sociedad americana de la época y la deshumanización que practican los medios de comunicación masivos. Todo podía ser una obra de arte “lista para consumir”.

Green Marilyn, 1962

Silla Eléctrica, 1967

Mao, 1972
Parte de su obra, los “Autorretratos”, se prolongaron a lo largo de toda su trayectoria. Y es que la mejor obra de Andy Warhol fue el propio Andy Warhol, porque él creó su propio personaje y supo darse cuenta de que lo que vendía no eran sólo los cuadros sino también quien los hacía.
Esta capacidad para entender la sociedad del momento (dominada por el consumismo, la celebridad y los medios de comunicación) junto con su obsesión por la celebridad, su enigmática personalidad y su habilidosa relación con los medios fueron sin duda factores clave de su éxito, convirtiéndose en símbolo estético y la atracción principal en la escena artística de Nueva York de la época.
Con sus camisas de rayas, jerseys de cuello alto negro, vaqueros desteñidos, un llamativo pelo rubio y el cambio de apellido (de Warhola a Warhol) aprovechando un error de la revista Glamour Magazine al publicar su apellido junto a una de sus ilustraciones, Andy Warhol se convirtió en un icono, cuya imagen era instantáneamente reconocible.
Warhol fue una marca en sí. No había separación entre la personalidad de Warhol y su arte.
Presentaba una personalidad enigmática que intensificaba el interés entre los medios de comunicación y público en general.
Pionero en el proceso del desarrollo de fotografías de gran formato y con su enfoque radicalmente nuevo de hacer arte contrataba a asistentes para ayudarlo a producir varias versiones de su obra, como en la cadena de montaje de una fábrica, desafiando la idea convencional de que el arte tenía que ser original y lo que planteó encarnizadas polémicas sobre sus métodos de trabajo y su valor como arte. Como resultado de ello, ‘The Factory’ fue el nombre de su estudio.
Pero ‘The Factory’ además fue punto de reunión para los artistas de la vanguardia neoyorquina (a quien él designaba como las superstars) donde se tocaba música, se realizaban películas experimentales y se promovía una cultura artística. Eran figuras públicas rodeadas de glamour que por ningún motivo pasaban desapercibidas.
‘The Factory’ replanteó constantemente los límites del arte en busca de la innovación creativa y ayudó a la promoción de la marca Warhol.
Lanzó a la banda “The Velvet Underground” covirtiéndoles en un elemento crucial de la exposición de arte multimedia: The Exploding Plastic Inevitable (organizada por él mismo) sin tardar en convertirse en el manager del grupo y diseñar la portada de su primer disco.
Además diseñó más portadas de discos de diferentes géneros, desde jazz hasta pop y rock, realizadas para cantantes y bandas como: Liza Minelli, The Rolling Stones, Mick Jagger, John Lennon, Diana Ross, The Smiths o Miguel Bosé entre otros.
Andy Warhol fue un maestro en el cultivo de su propio perfil público: documentaba sus actividades diarias en un dispositivo de mano utilizando 3.400 cintas de audio, capturando la escena creativa (representantes del cine, la moda y la música) de Nueva York durante la década de 1960.
Estas notas personales fueron posteriormente transcritas para convertirse en ‘Diarios de Warhol’.
En esta época, las experimentaciones de Andy Warhol le llevaron a realizar 600 películas y casi 2.500 vídeos (entre ellos los de amigos, socios y visitantes de “La Fábrica”) junto con una enorme cantidad de Polaroids, que revelan su deseo compulsivo de documentar la época en que vivió y que Warhol utilizaba como base para pinturas, dibujos, serigrafías y grabados. De esta forma, trabajando en la mayoría de los casos bajo encargo, Warhol daba a su firma el valor de marca registrada.
Aunque fue disparado tres veces en el pecho en 1968 por la escritora feminista radical Valerie Solanas no cesó su actividad.
Cofundador de la revista “Interview” en 1969, dedicada al mundo de las celebridades y que sigue siendo popular en la actualidad, productor de videos musicales y de sus propios programas de televisión (“Andy Warhol’s T.V”. y “Andy Warhol’s Fifteen Minutes”) a mediados de la década de 1980 transmitidos por la televisión por cable de Nueva York y a nivel nacional en la MTV, realizó otras muchas apariciones en diferentes programas televisivos.
Desde su muerte el 22 de febrero de 1987, Andy Warhol sigue siendo un icono cultural y fuente de inspiración. Conectó emocionalmente con el público y creció como resultado de la interacción social en el mundo de las celebridades.
Su forma de hacer arte, su estilo vanguardista y personalidad excéntrica se convirtieron en su identidad de marca.
Warhol supo utilizar a los medios de comunicación para proyectar su propia marca personal, creando un aura de misterio y polémica que le dio fama y el estatus de celebridad, que aprovechó para consolidar su estrategia económica de la mercantilización de sus productos y de sí mismo.
